martes, 22 de mayo de 2018

CÓMO CONVERTIRSE EN UN ENTRENADOR MARCADO POR EL ÉXITO

Sea bienvenido al mundo del entrenamiento. Si lo desconoce y no ha tenido anteriormente la oportunidad de intervenir en algunas de sus facetas, sepa ya desde ahora que le aguardan multitud de nuevas experiencias. Tal vez haya soñado ya en escenas en que sus muchachos le llevan en volandas sobre los hombros alrededor del campo, festejando de esta forma la obtención del campeonato, y sus amigos y conocidos se apresuran a felicitarle por el feliz remate de una temporada colmada de triunfos, aparentemente gracias a su labor. O quizá sus sueños degeneren en horribles pesadillas en las que se ve a sí mismo dándole torpemente al balón en el campo antes del partido, fallando una y otra vez, mientras los padres de los componentes del bando contrario comienzan a burlarse de su torpeza. Más tarde, ya en pleno partido, incurre en un garrafal error táctico y unos espectadores bocazas le abroncan y le ponen en ridículo ante todo el mundo.

Como en cualquier profesión, el entrenamiento presenta sus altibajos, pero si está usted dispuesto a sobrellevarlos, sus momentos pueden ser en su mayoría plenamente satisfactorios. Si posee las aptitudes de enseñanza de un pedagogo, los conocimientos médicos de un buen doctor y las dotes de mando de un ejecutivo empresarial, y está en condiciones de impartir el sabio consejo de un psicólogo experimentado, puede usted arrojar sin temor este libro por la ventana, pues no le servirá de ayuda. Pero de no ser así, únase a nosotros en el empeño de averiguar qué es lo que permite a un entrenador conocer el éxito.

¿Son acaso los partidos ganados? Sí, en parte. Ganar es, en efecto, un aspecto positivo del éxito de un entrenador. Los entrenadores que pulen eficazmente las aptitudes y cualidades de sus pupilos y nutren el entusiasmo de los jóvenes son mucho más proclives a obtener victorias para su equipo que aquellos que no lo hacen. Pero un entrenador con "éxito" es mucho más que un entrenador que conduce a sus muchachos al triunfo. Los entrenadores buenos son realmente aquellos que contribuyen a que sus alumnos disfruten aprendiendo a dominar nuevas habilidades, se complazcan y encuentren alicientes en las emociones de la competición, y se sientan realizados en su afición. Los entrenadores de éxito no solamente están muy versados en técnicas y aptitudes de su deporte, sino que por añadidura saben cómo impartir estos conocimientos a los jóvenes. Y los entrenadores prósperos no sólo enseñan a los muchachos los secretos del deporte, sino que también las habilidades necesarias para vivir prósperamente en nuestra sociedad.

Resumiendo: ser un entrenador notable por su éxito es todo un desafío. Y las buenas intenciones no bastan para obtener el éxito. Se necesita todo un arsenal de conocimientos, por este motivo hemos escrito El entrenador, un libro en el que se aprenderá la ciencia del entrenamiento y con ella las siguientes ciencias del deporte:

  • Psicología del deporte
  • Pedagogía del deporte
  • Fisiología del deporte
  • Medicina del deporte

No se inquiete si tropieza con algún término nuevo como el de pedagogía del deporte. Presentaremos estas ciencias del deporte a nuestros lectores de una manera comprensible, y -confiamos- amena al propio tiempo. No vamos a asustarles con un puñado de palabras de la más pura jerga científica, pero ocurre que parte del aprendizaje para ser un entrenador más eficiente exige aprender algunos términos nuevos. Igual que un carpintero no puede ignorar el significado de algunas palabras propias de su profesión, como caja de ingletes, intradós y artesonado pongamos por caso, los entrenadores modernos han de saber lo que quiere decir entrenamiento aeróbico y anaeróbico, ejercicios isocinéticos, ataque cerebral, torceduras o esguinces, retroacción, metas instruccionales, motivación intrínseca, y ansiedad y angustia competitiva. En este libro hablaremos de todas estas cosas y de muchas otras más que habrán de ayudarle a convertirse en un mejor entrenador.

La mayoría de entrenadores suelen dominar los secretos de su oficio a fuerza de muchos años de alternar aciertos y errores. Pero ¡qué lamentables resultan a veces algunos de estos errores! El entrenador pretende ayudarle a abreviar sensiblemente este proceso de aprendizaje -y reducir considerablemente el número de semejantes errores- profundizando y bebiendo en las fuentes de sabiduría de entrenadores experimentados y conocedores, y en la investigación de cientos de científicos del deporte que o están estudiando desde hace treinta años.

Por más que podamos exhibir en el haber colectivo de nuestro empeño cuatro licenciados y un doctor, y aun cuando hayamos consagrado gran parte de nuestro tiempo estudiando el deporte (y la mayor parte del tiempo restante practicándolo con entusiasmo), todavía nos queda mucho por aprender. Por tanto, este libro es sólo una fuente de información para usted.

Otra forma de aprender es observando y hablando con otros entrenadores. ellos pueden enseñarle métodos de entrenamiento positivos... y negativos, y lo que usted debe hacer es saber distinguir entre los dos. El entrenador le ayudará en este propósito, proporcionándole unos fundamentos en medicina y ciencia del deporte.

No le llevará mucho tiempo leer El entrenador, pero puede que le exija mucho más conocer su contenido, y tal vez aún más poner en práctica aquello que ya conoce. Lo mismo que un jovencito no aprende los secretos de un buen shortstop (el jugador de béisbol situado entre la segunda base y la tercera) de la noche a la mañana, tampoco usted aprenderá las esencias del entrenamiento en un solo día. Tendrá que leer y volver a leer partes enteras de este libro, observar a otros entrenadores y observarse a sí mismo con espíritu crítico y objetivo, y poner en práctica las habilidades que describimos.

A medida que emprenda este autoanálisis, averiguará que los entrenadores marcados por el éxito son aquellos que pueden aprender cada día nuevos trucos, los que son lo bastante flexibles como para arrinconar los viejos sistemas cuando hace falta, los que saben aceptar una crítica constructiva, y los que son asimismo capaces de autoevaluarse objetivamente. a través de las páginas de El entrenador, le instigaremos para realizar todas estas cosas. De echo, vamos a apremiarle para que invierta un esfuerzo idéntico al que usted espera de los atletas jóvenes que ha de entrenar.


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